martes, 9 de mayo de 2017

VALPARAISO

En cuanto bajé del bus fui a la oficina de turismo a preguntar por un hostal tranquilo donde poder descansar. Pillé el tranvía y pocos minutos más tarde ya estaba en la piltra profundamente dormido.

Al despertar pensé en ir a pegarme un baño a la playa (porque Valparaiso esta en la costa) pero la chica de recepción no daba crédito cuando me vio salir con el traje de baño y la toalla. Le costó un poco darme la mala noticia de que en la ciudad solo había un puerto y que a unos 30 minutos había una playa pero que era fecal (pude dar fe unos días más tarde) y que no me recomendaba ir.

Cambié de plan y fui a pasear por las mundialmente famosas callejuelas de la ciudad, todas llenas de arte callejero de todos los estilos. Al de un rato vi a lo lejos un tipo de unos 2 metros que se acercaba hacia mi con una chica; eran Matt y Laura, dos de los amigos con los que me iba a juntar. Seguimos recorriendo las calles y más tarde fuimos a probar unas cervezas artesanales y a cenar un ceviche de pescado muy bueno con unos piscos (bebida típica de Chile).

A la mañana siguiente salimos a hacer uno de los tours que más me han gustado en mi viaje; el tour de graffiti y arte callejero. Hay callejuelas que esconden obras de arte impresionantes por todas partes de la ciudad y además el guía era un apasionado del tema que nos contó muchas cosas interesantes al respecto.  





 
 

 


Después de patear unas 3 horas por las calles empinadas, paramos a tomar un café y nos encontramos con otros dos colegas que faltaban: Juan y Alex. Ya todos juntos (solo faltaba Newton, que estaba atascado en la frontera) comimos unas burguers en el hostal y descansamos para prepararnos para la noche de celebración.
 

 Esa noche no cenamos mucho y nos centramos más en brindar con ron (unas cuantas veces) y algún que otro chupito demoledor. Fue muy bonito ver a todo el hostal cantándome el "Zorionak zuri" (Cumpleaños feliz en Euskera), o al menos intentándolo, con Alex de director de orquesta.

 








Al día siguiente la resaca no nos permitió hacer mucho más que comer y descansar hasta la noche, que nos juntamos con el pobre Isaac, que había tardado unas 15 horas en hacer un camino que normalmente se hace en 5. Fuimos a cenar una Chorrillana, plato típico chileno, consistente en toneladas de patatas fritas con toneladas de distintos tipos de carne y huevo frito que ninguno de nosotros pudo terminar.   


El ultimo día nos animamos a ir a la "playa" después de comer. Sinceramente creo que no he visto una playa más desagradable en mi vida, pero allí pasamos la tarde hasta que volvimos al hostal a cocinar unas tortillas muy ricas para despedirnos, ya que al día siguiente todos nos separábamos de nuevo. Yo iba a empezar un nuevo voluntariado en Maitencillo, un pequeño pueblo playero cerca de Santiago. 


CHILE: Puerto Varas y Valdivia

Después de comer en casa de Jessi, salí con tiempo para ir tranquilo a la terminal, pero me confundí de parada y tuve que correr hacia otra y por los pelos no perdí mi bus a Puerto Montt.

El viaje fue de 4 horas de trayecto más 1 en la frontera (ya me habían avisado que los chilenos son muy chapas con los registros fronterizos) y de Puerto Montt tenia que pillar un minibus hasta Puerto Varas, donde tenia "medio reservada" una cama, ya que no había podido conectarme a Internet para confirmarla. Me habían dicho que la recepción cerraba a las 23:00 y a las 22:45 mi minibus todavía no había llegado.

Juan, un colega de Jessi en Bariloche, que ya había estado en ese hostal hacía una semana, me indicó que estaba cerca de la terminal, pero al llegar al pueblo y preguntar al chofer me dijo que no existía ninguna terminal central, que había como 4 o 5 distintas, así que tuve que patear como un loco hasta encontrarlo. Llegué justo a tiempo y nada más entrar por la puerta me encuentro con la sorpresa de que ahí estaba Juan, con un grupo de currelas y huéspedes del hostal que me estaban esperando con un plato de pasta, una copa de vino y una tarta de chocolate.

Mi plan en Puerto Varas era hacer un trekking para ver los volcanes, pero fue imposible porque llovía muy fuerte, así que, después de bajar al lago a ver si se podían ver desde ahí y no ver nada, decidí seguir hacia Valdivia para ir acercándome poco a poco a Valparaiso, donde me encontraría con mis colegas.
Mis vistas al volcán
Lo que debería haber visto
Merluza lo pobre
Tardé 4 horas en llegar a Valdivia, una ciudad bonita que además estaba de fiesta por ser la Semana Valdiviana. Me di unos paseos viendo algunas actuaciones en la calle y como estaba en la costa aproveché para cenar una típica merluza a lo pobre muy buena.


Lo mejor que me pasó allí fue conocer en el hostal, a uno de los lideres más importantes de los mapuches, que tuvo que escapar de Argentina por estar en busca y captura por el gobierno de Macri.
Era el ultimo descendiente del mapuche que firmó con sangre el pacto que decía que sus tierras les pertenecerían hasta que el ultimo de su familia muriera. Este pacto se firmó con Julio Roca, el genocida de la Conquista del Desierto, (hecho histórico terrible que hasta este día yo desconocía).

En estos momentos el pueblo mapuche esta teniendo muchos conflictos porque el gobierno de Macri quiere arrebatarles las tierras que les pertenecen para vendérselas, entre otros, a Benetton y Lewis, dos multimillonarios extranjeros. Hay muchos conflictos abiertos en distintas localidades del sur de Argentina donde los "mapus" y los demás vecinos de sus comunidades están en huelga para defender su territorio y algunos recursos naturales, como por ejemplo, el agua.

Solo espero que este problema se solucione lo antes posible y de la manera más pacifica posible, porque sino, según lo que me contó este señor, se podría llegar a algo parecido a una guerra civil en el país, ya que, como él me dijo. todos los pueblos originarios de las demás zonas del país y del resto de Sudamérica saldrían a luchar en defensa de las tierras de los mapuches.

Esa noche también tuve el placer de conocer al Yeti y además tuve la suerte de que le tocó dormir en la cama de abajo de mi litera. Creo que fue la noche más infernal de mi vida, podía notar como vibraba mi colchón con cada uno de sus rugidos y además no había manera de despertarle y mis auriculares a todo volumen no tenían nada que hacer con el volumen de sus sonidos guturales, dignos de un cantante del Death Metal más radical.

Por la mañana me levanté muy temprano para evitar asfixiarle hasta la muerte con una almohada, aunque eso hubiera significado ser un héroe para el resto de compañeros de habitación. Decidí ir a la playa a ver si allí dejaba de escuchar sus berridos y podía relajarme un rato.





En cuanto llegué a Niebla me di un bañito que me dio la suficiente energía positiva para poder seguir despierto todo el día sin querer golpear al primero que tosiera cerca de mi. Descansé un rato bajo el sol y más tarde fui a buscar más energía positiva en forma de una Kuntsmann (cerveza típica de Valdivia) bien fría y un "completo" que es como le llaman a un perrito caliente gigante en Chile.
Completo y Kuntsmann
Sobre las 8 de la tarde estaba en el bus que me llevaba a Santiago y, a pesar de que me habían hablado muy bien de los buses en Chile, esa noche no fue mucho mejor que la anterior. Nada más subir ya se notaba un bochorno incomodo, pero al de un rato de viaje, nos dijeron que tenían que apagar el aire acondicionado porque estaba goteando encima de algunos pasajeros (¡¡Pobrecitos!!).

Fueron más de 12 horas de calor sofocante que hacía que respirar fuera más complicado que en un baño turco. Además de eso, paraban en cualquier parte a recoger más pasajeros que no cabían ni de pie en el pasillo del bus y que se unían al coro de protestas que no paró hasta llegar a destino.

Nada más llegar pillé un bus que me llevara a Valpo. Estaba hecho polvo pero muy animado por llegar y celebrar mi cumpleaños con mis colegas del Hostal de la Viuda.


domingo, 7 de mayo de 2017

RUTA DE LOS 7 LAGOS

Varias personas me habían recomendado hacer esta ruta y casi todos coincidían en que la mejor manera de recorrerla era en un coche alquilado. Yo ya había hablado con Mathiew, un colega de Iparralde que conocí en Uruguay, para hacerla juntos, pero necesitábamos otras dos personas más.
El se habia puesto en contacto con una catalana y un francés que estaban interesados pero no podían hacerlo las mismas fechas. Después conoció a dos francesas que también querían compartir viaje con nosotros y cuyas fechas coincidían, pero al final acabamos decidiéndonos por ir con Leire y Oihane, dos giputxis super majas.

El 15 de febrero salimos pronto por la mañana para poder disfrutar al máximo de todo el tiempo que disponíamos del coche. Nada más empezar la ruta paramos en el primer lago, Nahuel Huapi, el mismo que rodea Bariloche, para darnos el primer baño. Tuvimos mucha suerte al encontrar a un tipo que tenia un kayak y que nos lo presto para dar una vuelta por el lago disfrutando del solazo que pegaba.
Lago Nahuel Huapi
Lago Nahuel Huapi
De ahí seguimos hasta Villa la Angostura, donde fuimos a una playa que yo ya conocía y aprovechamos para darnos unos txombos y para degustar una de las comidas más tipicas de los mochileros por esa zona: sandwich de tomate con palta. Más tarde hicimos unas compras en el super para poder preparar un asado en un camping libre que encontramos en la ruta.

Playa del camping, Lago Espejo.
Preparamos la carpa y fuimos a recoger leña para la hoguera. Hicimos el asado encima de un trozo de alcantarilla que Mat habia "encontrado" por el camino y nos quedó espectacular. Echamos al fuego carne, salchichas, patatas, cebollas, piperrada y una calabaza que al día siguiente usamos para inventar un pintxo que tendremos que patentar: Paté de calabaza con frutos secos, cojonudo!


A la mañana siguiente el tiempo había cambiado y la temperatura bajó muchisimo y solo el de Biarritz se atrevió a entrar al agua. Recorrimos varios lagos muy bonitos y subimos a ver una estación de ski antes de llegar a San Martin de los Andes, donde comimos unos bokatas con lo que habia sobrado de carne del asado, a todo correr, para poder llegar a tiempo a ver en un bar el partido de UEFA del Athletic contra el Apoel. Aunque parezca increíble, las dos giputxis también animaban, aunque quizás fuera solo por no tener que aguantar esa noche los caretos mustios de dos athleticzales radicales como nosotros.
Por suerte para todos, el Athletic ganó 3-2 y esa noche, a pesar de que había estado lloviendo y la madera estaba muy mojada, conseguimos encender el fuego para hacer la cena y celebramos la victoria brindando con Fernet y jamando un asado vegeta muy rico.
Lago Correntoso
Lago Escondido
Lago Vilariño
Lago Falkner

Lago Lacar
A la mañana siguiente ya teníamos que devolver el coche y, después de dejar a las chicas en Villa la Angostura, nosotros dos volvimos a Bariloche, donde Jessi, la mejor anfitriona del mundo, nos esperaba con los brazos abiertos. Salimos de fiesta esa noche por Bariloche y tras dos días más en casa de Jessi, separamos nuestros caminos y yo tiré hacia Puerto Varas, en Chile. Era día 21 de febrero y tenia que acelerar el paso porque el 26 tenia que estar en Valparaiso para celebrar mi cumpleaños con unos compis del hostal de Punta del Diablo.
Lago Machonico