lunes, 9 de enero de 2017

BUENOS AIRES

Siempre tuve curiosidad por conocer esta ciudad por lo bien que me habían hablado de ella y del buen trato que habían recibido los que la habían visitado antes, pero la verdad es que no soy muy amigo de ciudades tan grandes, ya que estoy demasiado bien acostumbrado a vivir en mi Botxito (BILBAO, Capital mundial, para los menos cultivados! jajaj!) donde tenemos de todo en un espacio bastante reducido.
Por eso y en gran parte porque tenia las llaves del piso de una gente muy amable (a la que quiero mucho) decidí quedarme una semana entera para conocer la que llaman la París de Sudamérica.

Al estar ubicado en el barrio de Palermo, decidí dedicar el primer día a recorrer esa zona, para hacerme una idea de donde estaba y básicamente para evitar perderme a la primera de cambio.
Con la ayuda de una amiga bonaerense que había conocido en Guayaquil y que me hizo estupendamente y sin rechistar, de guia turística online, empecé a recorrer los Bosques de Palermo, un pulmón enorme y muy necesario en cualquier ciudad tan grande.
Era domingo y los parques estaban a rebosar de familias disfrutando del sol y deportistas haciendo lo suyo.
Aproveche también para caminar hasta el cementerio de la Recoleta, cuya visita me había recomendado bastante gente. La verdad es que no imaginaba que un cementerio podría ser tan atractivo e impresionante. Después pase la tarde en Plaza Francia y por la noche me invitaron a cenar a "la mejor pizzeria de BBAA": Caminito.

El lunes me di un paseo por la abarrotada Santa Fe, donde tuve el primer susto del viaje al ver que no podía sacar dinero en los primeros 6 cajeros donde lo intente. Por suerte el 7º sì me quiso dar!
Con esa plata compre la tarjeta de mi numero de teléfono argentino y el primer billete de Subte, para ir a la conocidísima Plaza de Mayo, donde se siguen concentrando a diario las madres, ahora abuelas de los desaparecidos en la ultima dictadura militar, así como otros grupos que luchan por otras causas.
También conocí Puerto Madero e intente entrar en la Reserva Ecológica, que estaba cerrada por mal tiempo.
 Los demás días conocí barrios que me gustaron mucho como San Telmo, famoso entre otras cosas por las figuras de distintos personajes de comic argentino y como no, el famosísimo barrio de La Boca, que alberga el estadio La Bombonera y unas pintorescas calles donde se respira Tango en cada esquina y donde probé la mejor empanada de carne de mi vida.
También llegue a adentrarme mas en el que al final acabo siendo mi zona favorita de la ciudad; Palermo, mas concretamente las zonas Soho y Hollywood, donde hay un ambiente joven espectacular con una oferta increíble de bares, restaurantes y CERVECERÍAS ARTESANALES para todos los gustos.












Terminada ya esa semana de visita, decidí seguir mi viaje hacia el norte para conocer Uruguay antes de empezar a trabajar de voluntario en un hostel en Punta del Diablo, donde pase 6 semanas en vez de las 3 que tenia planeado, pero eso ya lo contare más adelante.

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